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viernes, 18 de abril de 2014

Contra el estrés… nada mejor que unos buenos perrones…

Dos buenos ejemplares de sargo


Hola amig@s:

Vivimos en tiempos de ajetreos y trajines, soportando prisas,  problemas y carreras, donde los despertadores y las agendas marcan el ritmo de "nuestra" vida, para poder hacer frente a lujosas hipotecas. Necesitaba visitar de nuevo alguno de mis escondites, evitando aunque solo fuera por unas horas la pandemia de estrés que azota este planeta.

No tenía nada planeado, o tal vez mi cerebro había maquinado un plan tan en secreto que ni yo mismo me había enterado. El caso es que nada más despertar, anulé todo lo hecho y por hacer, preparé los bártulos y cuando me di cuenta estaba triturando sardina casi sin querer. Son de esas cosas que pasan sin saber muy bien por qué, al igual que ahora mismo yo quiero escribir en prosa y esta "cabrona" rima sale sin permiso una y otra vez.

La fase lunar era muy buena: marea viva que debía generar una gran actividad entre el pescado. Las condiciones climatológicas y marítimas no parecían tan generosas, pero qué más daba, al fin y al cabo "el peor día de pesca siempre es mejor que el mejor de los días trabajados…"

Fase lunar y horario de mareas del
día escogido
Esquema del coeficiente de mareas
Previsión de la abundancia de peces
Previsión meteorológica


Llegué muy tarde a otear la mar y nada más hacerlo, ya me descubrí a mi mismo silbando cual ruiseñor despreocupado y aunque a mí me parecía que todo era perfecto y maravilloso, el panorama no estaba muy allá. Me decidí por una puesta y con paso contemplativo comencé a marcar el camino.

Una vez en el lugar escogido, el reloj dejó en libertad al tiempo. El único ritmo que allí prevalecía era el de las olas y cada vez que respiraba profundamente, un océano de tranquilidad inundaba todo mi cuerpo.

Los sargos iban saliendo despacio pero a buen ritmo a medida que la marea iba acercándose a su nivel máximo y yo los iba echando en una poza no muy grande que se encontraba detrás de mí. Después de hora y media más o menos, decidí moverme un poco para ver si sacaba algún perrón de los grandes y nada más cambiar, enganché uno de esos que parece el padre de todos los sargos… era enorme!! Tras un par de carreras consiguió romper con los dientes el FXR 0,21mm que tenía montado en esos momentos (instantes en los que tengo que reconocer que la mala leche me volvió a correr un poco por las venas…). Pero después del oportuno cambio al FXR 0,23 mm sucede algo muy curioso: la boya se hunde, tiro y todo apunta a que estoy enganchado en alguna roca, tiro con fuerza y noto unos pequeños toques en el puntero de la caña (que estaba completamente doblado), tiro al límite y de repente aquello comienza a moverse a velocidad de vértigo… otro sargazo de los que quita el hipo…  echamos un pulso de tú a tú y con ayuda del grosor del nuevo aparejo consigo subirlo a los 10 m de altura a los que me encontraba sin muchos problemas (esto relaja mi puntual cabreo y vuelve a transportarme al pacificador momento "zen" que anteriormente habia alcanzado).

Vista de uno de los spots


Al final de la jornada y tras haber conseguido varios ejemplares de más de kilo y medio, regresé a la poza donde había echado los primeros sargos… y cuál fue mi sorpresa, cuando después de dos horas… todavía estaban vivos… impresionante!! Entonces, tal vez debido a ese estado de paz interior que me tenía abducido, o a que yo ya siempre regalo todos los sargos que pesco y hoy nadie sabía que había ido a pescar, o a que no tenía ganas de tirar por mucho peso en el ascenso de vuelta al coche, tomé una decisión sin precedentes en mi caso, que no fue otra que la de devolverlos a todos al agua, quedándome únicamente con las grandes piezas del segundo spot… quién sabe, tal vez más adelante, nos volvamos a encontrar…

Como resultado, un maravilloso día de pesca que sin duda me cargará las pilas de regreso al bullicio de la cotidianidad, haciendo que pueda volver a combatir los ceñudos y anónimos entrecejos de pobres almas estresadas con generosas sonrisas cargadas de paz interior… y si no… que me quiten lo bailao


Un saludo y buena pesca.














jueves, 3 de abril de 2014

La Reina del Pantano - Una trucha de 53 cm

Trucha de 53 cm

Hola amig@s:

Hace más o menos un mes, llegó a mis oídos el rumor de la existencia de una reina solitaria. Un pez de antigua estirpe que vagaba con aires de grandeza por un inmenso pantano del principado asturiano. Se trataba de una monumental trucha que sólo en contadas ocasiones se dejaba ver, causando enorme asombro y fascinación entre los pocos ojos testigos privilegiados de su grandeza. Cuenta la leyenda, que mil batallas llevaba libradas... con más de mil victorias conseguidas. Luchadora incansable y de inteligencia veterana. Una reina…una guerrera…

Su imperio se extendía inmenso, habiendo alcanzado todo aquello que osaba alcanzar, sin que tan siquiera uno de su especie le plantase la más mínima oposición. Todo el pantano formaba parte de su reinado y eso…la hacía tremendamente escurridiza y difícil de localizar en este viejo conocido de mis escarceos juveniles, desde los años de la inocencia hasta los de la osadía y del incipiente conocimiento, que aunque lejanos ya todos ellos, junto a la añoranza y el gusto por los retos ayudaron a despertar en mí nuevamente una sed ávida de aguas dulces.

Este primero de Abril y sin previo aviso, la tarde se presentó tranquila y sin obligaciones, momento que aproveché para calzarme raudo un básico disfraz de pescador: botas de montaña, chaqueta impermeable, caña, carrete, 4 cucharillas y un guante de lana. Ni vadeador, ni chaleco, ni sacadera, ni cesto, ni nada prescindible. Solo lo puramente fundamental. La ligereza del equipaje me permitiría desplazarme mejor por las empinadas y yermas orillas, ya que había sido fielmente informado de que el nivel del agua se encontraba unos 5m por debajo del límite máximo.

Equipo escogido para pescar
a cucharilla en pantano

Al llegar, como si las agujas del reloj de la vida se hubiesen detenido, me encontré un paisaje entrañablemente familiar: los mismos recovecos, los mismos aromas, los mismos senderos, el mismo silencio… Todo seguía igual. Tal vez los peces también continuasen frecuentando esos escondites que tantas alegrías me habían proporcionado antaño.

Metro a metro iba peinando la orilla con lances lo más lejanos posibles, hasta que a los 30 minutos aproximadamente, un fuerte tirón en la línea hizo que mi brazo levantase la puntera de la caña como un resorte. Inmediatamente un pez comenzó a hacer acrobáticas cabriolas en el aire a unos 25 metros de mí. Me recordaba mucho a esas peleas que ofrecen los reos… pero imposible!!! Cómo iba a llegar tal animal hasta allí con una presa artificial de unos 80 metros de alto de por medio?? Comencé a traerlo hacia mis pies y gracias a la robustez y potencia del equipo, pude izarlo y ponerlo en seco pese al buen tamaño que atesoraba. Al examinarlo detenidamente, me quedé atónito al observar que efectivamente, se trataba de un reo. No se me ocurre ninguna explicación de por qué estaba allí que no pase por la introducción de esta especie de forma artificial consecuencia de la mano del hombre.

Unos 10 minutos más tarde, otra picada ponía de nuevo mis reflejos a prueba. Esta vez si se trataba de un precioso ejemplar de trucha común, que al igual que su compañero de destino, salió volando del resguardo de las aguas.

Trucha y reo

Ya tenía dos buenos ejemplares, pero ninguno pasaba de los 30 cm y algo me decía que no debía de seguir buscando a "su majestad" por esos lares. Entonces, un fuerte presentimiento cruzó por mi cabeza. Como si una especie de premonición diese respuesta a una pregunta que ni siquiera era consciente de estar planteándome. Si fuese el rey del pantano… ya se dónde me escondería!!! La trucha tenía que estar allí…seguro!!!

Salí corriendo en busca del coche y varios kilómetros más tarde ya estaba frente al lugar elegido. Se trataba de un precioso "regueiro" que desemboca en el embalse por medio de una pequeña cascada de 1 metro de altura formando un precioso pozo en su base. Aquello sin duda parecía el castillo de una reina.

Comencé a realizar lances a unos 50 metros del lugar en cuestión, donde la precisión de los mismos tenía que ser máxima por lo estrecho del escenario. Como si de una legión de escoltas se tratase, varias truchas de pequeño tamaño perseguían parsimoniosas a la cucharilla, pero sin hacer amago de atacarla en ningún momento. Lance tras lance me fui acercando al salto de agua y cuando me encontré lo suficientemente cerca me preparé para el momento definitivo. Tenía clara la estrategia, el señuelo debía de caer en lo alto de la piedra para que al precipitarse al pozo y comenzar a recoger, la trucha lo atacase instintivamente. Era un momento de total concentración. Pruebo un primer intento y veo que va mal, demasiado desviado… cierro el carrete rápidamente y tiro de la puntera de la caña con fuerza para cortar el lance en el aire y hacer que caiga cerca de mí. Pruebo un segundo intento y… este va bien… va muy bien!!! Aterriza encima de la roca, cae por la fuerza del agua, comienzo a recoger y ZAAAASSSS!!! PICADÓN… caña arriba, puntera doblada y máxima tensión en el hilo. Intento recoger unos metros y ni de casualidad. Parece un tronco… no hay quien la mueva!!! Voy metiendo sedal a medida que me acerco yo al pozo y consigo verla… preferiría no haberlo hecho… TENGO A LA REINA!!!!

Puedo observar que la cucharilla está bien clavada y eso me da confianza. Tiro poco a poco de ella y la voy empujando hacia el pantano. Parece que ya está cansada. La acerco a la orilla y no responde. Si intento izarla el hilo va a romper… así que tengo que cogerla con la mano a falta de una "playadina" en la zona que me ayude. Procuro agacharme y entonces… me doy cuenta de con quién estoy tratando… qué picardía tiene!!! Se hace la atontada para pegar "cabezadas" fortísimas en el momento de mayor debilidad del pescador. Tengo que cambiar de estrategia.

Miro a mi alrededor y veo una zona menos empinada. La canso todo lo que puedo, la acerco hasta esta pequeña rampa, me pongo el guante de lana, le saco medio cuerpo fuera y la agarro por la base de la aleta caudal con la mano enfundada para que no se me esguile… LA HE ENGAÑADOOO!!! YA ES MIIIAAAAA!!!!!!

Con la Reina del Pantano

Al quitarle la cucharilla, puedo observar que tiene la boca llena de restos de otros sedales, que lucen en su cuerpo como las medallas lucen en los trajes impolutos de los militares. "… Más de mil batallas has conquistado… y en sólo una te han vencido… pero reinado ejemplar el tuyo… ya que tus "heroicismos" se recordarán… al haberte ganado el respeto de tu enemigo…"


Un saludo y buena pesca.


P.D. El equipo usado para esta jornada estaba formado por la Cinnetic 300 Black Sea Bass (que se ha comportado excelentemente en este terreno y que estoy sometiendo a distintas pruebas para más adelante publicar las sensaciones que me aporte), un carrete de más de 20 años al que le tengo especial cariño y un hilo de 0,18 mm marca Gorila que todo sea dicho de paso, no me gustó nada.




lunes, 31 de marzo de 2014

Equipos de spinning - Parte 2 - Carrete Cautiva II ALU 4500

Hola amig@s:

Hoy seguiremos dando continuidad a la sección anteriormente iniciada dedicada a equipos de spinning. Para ello invitaremos a la lógica e intentaremos emparejar la 360 Black SeaBass del anterior apartado, con un carrete compatible con la misma. Esto requerirá hacer un poco de "celestina" y tener en cuenta las características de la caña para intentar buscar un homólogo de cualidades similares, ya que eso de que "los polos opuestos se atraen"…en este nuestro querido mundo de la pesca, no funciona muy bien.

Desde mi imaginación, si intento humanizar esta vara, creo que estaríamos ante una chica joven, alta, fuerte (tal vez un poco entradita en carnes, pero muy en forma), con personalidad, de clase social media/media-baja y muy trabajadora. Los pretendientes serían muchos y de muchas clases, pero puestos a elegir, debemos buscar inteligentemente uno lo más compatible posible con ella. Tal vez un mozalbete joven, aunque un poco más experimentado, corpulento, fuerte, amable y agradecido en el trato, trabajador incansable y de clase social igual a su pareja.

Pués bien, entre toda la lista, yo me decanté por uno de la misma marca Cinnetic, ya que al observar el gran trabajo que están haciendo con las cañas de spinning, quise probar si en el apartado de carretes también están tan acertados. En concreto, escogí el nuevo CINNETIC CAUTIVA II ALU 4500, una versión mejorada del antiguo Cautiva que tanta fama de incansable y tenaz consiguió entre los que lo probaron.

CINNETIC CAUTIVA II ALU 4500


1º.- Sus características técnicas son las siguientes:
Capacidad (mm/M) Bobina principal
0,30/200 ALU 
Capacidad (mm/M) Bobina extra
0,30/125 ALU 
Ratio
4,9:1
Rodamientos
6+1 (3 SEALED)
Potencia freno
16 Kg 
Peso
389 g 
R.P.V.
0,78 m

-Cuerpo y tapa lateral de aluminio ligero “slim body”
-Bobina de aluminio con doble anodizado.
-Sistema de ingeniería sellada en puntos clave.
-Antirretroceso mediante rodamiento de dirección única.
-6 rodamientos de acero inoxidable (3 de ellos sellados).
-Eje principal de aceroinox.
-Sistema de bobinado de oscilación paralelo.
-Guíahilos bañado en nitrato de titanio. 
-Tornillería exterior de acero inox.
-Manivela de aluminio mecanizado.


MISMAS PRESTACIONES…MEJOR IMAGEN

2º.- Pruebas de campo:

Nada más leer sus características, y al cogerlo en la mano, observamos un carrete de gran calidad, que sorprende por robustez y por movimientos precisos carentes de fallos a simple vista. Más que una evolución del antiguo modelo, nos encontramos con lo que parece un cambio de "look" para la temporada 2014, ya que el avance en cuanto a prestaciones se refiere es prácticamente inapreciable. Destaco el nuevo pomo de aluminio en la manivela y el guíahilos sobredimensionado que yo personalmente tanto aprecio.

Una vez en faena y al ser montado en la caña, veo que tengo ante mí un equipo relativamente pesado pero equilibrado, que no exigirá un esfuerzo extra de nuestro antebrazo haciendo que podamos dominar fácilmente jornadas largas de varias horas.

El lance del señuelo se realiza de forma fluida, consiguiendo distancias muy considerables con artificiales pesados. 

El cierre del pick up funciona de forma eficiente, sin problemas hasta la fecha, aunque en mi caso eso es fácil, ya que me acostumbré a cerrarlos de forma manual. 

Al recoger, la línea se enrolla de manera ordenada y sin problemas gracias al bobeando de oscilación paralelo, no habiendo causado ninguna peluca ni nudo indeseado. 

El freno, es impresionante, sin duda la cualidad más destacable de este carrete, ya que son 16kg que transmiten una seguridad y una contundencia sobresalientes en este apartado. 

El ratio, 4,9:1 que consigue 0,78m de recogida por vuelta, me parece el punto más débil o con mayor capacidad de mejora de este modelo en comparación con sus potenciales competidores, si bien es cierto, que para mi forma de pescar y para los señuelos que uso con este equipo, es más que suficiente.

El envejecimiento, aunque todavía es pronto para juzgarlo, parece que va a ser otro punto fuerte, ya que hasta la fecha no pude localizar holguras, oxidación u otros defectos comunes. 

Otra cosa que también me gustó, es la segunda bobina de aluminio con esa capacidad de hilo, ya que para un apasionado de la pesca a boya como yo, se me antoja de mucho provecho y posiblemente conseguirá hacer que este carrete también me acompañe en jornadas destinadas a la captura de sargos.

El precio, es de 126€ en tienda habitual.



3º.- Conclusión:

Nos encontramos ante un carrete potentísimo, con buenos acabados, preciso y sin fallos evidentes en las primeras tomas de contacto y a un precio "low cost" que sorprende, pero que incluso podemos reducir adquiriendo el antiguo modelo, tal vez menos vistoso, pero con las mismas prestaciones y características que este. 

Junto a la 360 BLACK SEA-BASS, vamos a conseguir un tándem excepcional para condiciones difíciles de mar por un precio total impresionante, que si juntamos, por ejemplo, con un trenzado de SUFIX, en concreto el GORE 832 de 0,24mm por 17€ con tijeras de regalo (yo monto el 0,28mm por exigir máxima seguridad), obtendremos un equipo completo muy muy competitivo por menos de lo que cuesta un sólo carrete o una única caña de características similares a estos en otras marcas más "prestigiosas" o con "más renombre".



Un saludo y buena pesca.















domingo, 30 de marzo de 2014

Un sargo que tardaré en olvidar...

Hola amig@s:

Hay jornadas, capturas, experiencias… que sobresalen por encima de las demás y que guardan un sitio especial entre nuestros recuerdos. Son esas que ponen un brillo de felicidad en los ojos de los que las cuentan y una expresión de asombro en el rostro de los que las escuchan. En definitiva, una razón más por la que esta afición tanto me gusta y apasiona.

Pues bien, este viernes, en contra de todos los planes que había hecho, me pude escapar temprano para probar suerte en la búsqueda de esos grandes sargos que, según los rumores, se están dejando ver por estas fechas a lo largo de toda nuestra costa. Las previsiones no eran desalentadoras y, en teoría, coincidían como un guante con un pequeño escondite que descubrí hace un par de años y que nunca me falla. Pero ya sabéis, "de la teoría al hecho, hay un trecho". Al llegar a La Regalina, uno de esos "miradores" que frecuento para otear la mar antes de aventurarme en la bajada a ningún sitio, pude cerciorarme de que aquello que tenía ante mí, para nada coincidía con la visión que me había hecho en la comodidad del hogar y con internet como cómplice.

Vista desde La Regalina


Aunque no importaba, estaba allí donde más quería estar y con el ilusionante objetivo de conseguir pelearme con algún espárido de buen porte. Empecé a repasar pozas donde podría encontrar buenos ejemplares y me puse en camino. Al llegar, un mar demasiado parado parecía querer acariciar con tacto de terciopelo las rocas y después de una hora de picadas intermitentes y de sargos de pequeño/mediano tamaño, grandes olas empezaron a llegar desde el horizonte cambiando radicalmente el escenario. Parecía que el día se estaba estropeando y que me quedaba poco tiempo antes de verme obligado a plegar. Acaso debía rendirme tan pronto?

Puesta nada más llegar


Puesta después de una hora


Entonces, me quedé mirando una roca que estaba a unos cuantos metros de la costa. Un poco lejos pero… al otro lado parecía que después de las series la quedada era espectacular. El problema era que llegar la boya hasta allí iba a ser complicado y si por casualidad picaban, sacarlos por encima de esa enorme piedra parecía misión imposible. No me lo pensé. Lancé con fuerza y el aparejo cayó donde debía. Recojo línea acercándola un poco y… menuda picada!!!!! el corazón a mil!!! pero… y ahora qué??

Aquél pez tiraba como una locomotora y yo…con un bajo del 0,21mm!!!!! Cómo no lo había cambiado antes de probar en ese sitio???? Levanto la caña para evitar que la línea roce en los percebes y mejillones y aflojo un poco el seguro del carrete. No veía el color naranja fluorescente por ningún lado, había desaparecido en las profundidades. La Veret Arcadia Strong aguantaba los tirones como la campeona que es y yo procuraba recoger hilo con todo el cuidado del mundo. Me muevo hacia la izquierda para ver si consigo pasarlo por ese lado de la roca…pero imposible. Me muevo a la derecha…y tampoco. Sólo me queda una opción, tengo que traerlo por encima de la piedra.

Lo acerco a fuerza de manivela e intento tirar de él. Pesa demasiado!!! Queda colgando y si tenso más el hilo... va a romper!!! La situación está al límite. Entonces a lo lejos veo esperanzado cómo se acercan las olas. Espero un rato interminable con el sargo en el aire colgando de la línea. Cuando por fin llegan, levantan al pez hacia arriba… aprovecho ese empuje… y perfecto!!! ya lo tengo encima de la peña!! Tiro un poco más… y vuelve a caer al agua de este lado… terreno despejado!!! Recojo lentamente… lo izo y… YA ES MÍOOO!!! UUUFFFFFFFFFF…

Un sargo que tardaré en olvidar


Qué sensación más buena!!! Toma , toma y toma decía con el puño apretado jeje Sin duda uno de esos momentos especiales que tanto presta "pescar". Y nunca mejor dicho, porque en las buenas jornadas como esta, no pescamos peces (que también), sino que pescamos emociones, vivencias, aventuras y sensaciones, que en definitiva, es lo que hace que un día de madrugones, caminatas y mojaduras, se convierta en un día de felicidad.


Un saludo y buena pesca.








domingo, 16 de marzo de 2014

Equipos de spinning - Parte 1 - Cinnetic Explorer 360 Black SeaBass

Hola Amig@s:

Hoy voy a hacer un salto en la trayectoria marcada, ya que pese a la ruta establecida de antemano, esa que yo mismo propuse al principio (primero boya y sargos para más adelante y una vez dominado esto, pasar a otras modalidades), aquí quiero hacer una incursión puntual en el siempre fascinante y amplio mundo del spinning.

Como referente de partida, puntualizar que yo no soy un gran "devorador" de materiales ni un comprador ávido de últimas tecnologías por el simple hecho de serlo. Más bien me caracterizo por el pragmatismo de intentar hacer las cosas lo más sencillas posible, decantándome en muchos casos por aquello que cubra más de una necesidad puntual. Esto deriva en que antes de adquirir alguna novedad, miro y remiro datos y opiniones de las que considero fuentes fiables, intentando estar seguro de que lo que compro sea de mi gusto y que concuerde con las expectativas a corto, medio y largo plazo que yo marco. También tengo muy en cuenta mis características y exigencias como pescador, que no tienen por qué coincidir con las de todo el mundo o incluso con las de nadie más. Todos tenemos nuestras manías y costumbres y debemos de procurar que nuestro equipo esté en consonancia con ellas. Otro aspecto que procuro tener muy presente, es el económico, ya que el objetivo que me marqué de niño (ese de ser el tío más rico del mundo), está tardando en llegar un poco más de la cuenta de lo que en principio tenía programado.

Dicho esto, a continuación os presento dos equipos de spinning que considero dignos de mención y que están formados por 2 cañas y 2 carretes, con sus respectivos trenzados y señuelos. Ambos están pensados para cubrir una gran variedad de exigencias, tanto las de los buscadores de prestaciones, como las de los amantes del "low cost", como las de los principiantes que se pierden entre tanto tecnicismo y variedad, consiguiendo, desde mi punto de vista, abarcar la mayoria de las condiciones de mar que nos podemos encontrar a lo largo del año en nuestra costa cantábrica.

Para ello, y con el objetivo de no aburrir, dividiré esta entrada en distintas partes. Espero que os gusten:

Parte 1 - Caña de spinning pesado - Cinnetic Explorer 360 Black SeaBass


Nueva Cinnetic Explorer 360 Black SeaBass


Este nuevo modelo de la marca Cinnetic, es una versión mejorada de la antigua "superventas" Explorer 360 SeaBass, la cual, presentaba unas características formidables para un increíble precio de 50-60€. Esto revolucionó en cierto sentido el concepto de la dualidad calidad-precio que hasta el momento nos habían implantado otras marcas de renombre, consiguiendo rápidamente una respuesta espectacular en el número de unidades vendidas.

Pero bien es cierto, que este primer modelo presentaba unos aspectos claramente mejorables, tales como la calidad del anillado, la distancia a la que venía montado el portacarretes (marca Fuji) o la calidad del Grip. Aunque todo era perdonado al ser recordado el poco resentimiento que nuestra economía sufría al adquirirla.

Esta vara, por sus virtudes y características, se presentaba ideal para condiciones complicadas de mar, donde en la mayoría de los casos utilizaríamos señuelos pesados tales como Chivos o Vinilos de gran plomado y con el invierno como campo exigente y natural de pruebas. Decir que consiguió una magnífica crítica por parte de pescadores de mares bravos.

La Cinnetic Explorer 360 Black SeaBass, parece ser el resultado de la escucha y mejora de los puntos débiles de su predecesora, superando a la misma con una serie de cambios acertados y que a continuación enumero:

-ANILLAS: Ahora monta anillas MNA Fuji, consiguiendo un salto de calidad mayúsculo en este apartado.

-DISTANCIA DEL PORTACARRETES: Se reduce en unos 5,5cm, permitiendo una maniobrabilidad mucho más lógica.

-SE REFUERZA EL CARBONO: Presenta un refuerzo con  cinta HM de 24 Tn.

Todo este esfuerzo de mejora, culmina en un aumento del precio final, pero manteniendo una relación calidad-precio excepcional, que presumiblemente culminará con otro año de ventas destacable.

Excelente relación
calidad-precio


Pero pasemos a lo que realmente importa, que no es otra cosa que en qué se traducen todos estos tecnicismos en las manos del pescador. Para lo cuál he podido testar esta caña en condiciones duras de mar en varias jornadas intensas y de las que he sacado las siguientes conclusiones:

-Con Vinilos y Chivos de entre 35g y 85g la respuesta fue excelente, ya que consigue lanzamientos poderosos y hacer trabajar estos señuelos de forma óptima.

-Los Chivos de 100g consigue dominarlos, pero parecen salirse ya un poco de su campo de acción.

-Con artificiales de entre 25-35g se defiende, consiguiendo lanzamientos amplios, pero con alguna carencia de sensaciones para el pescador a la hora de hacerlos trabajar.

-Por debajo de 25g pierde eficacia exponencialmente.

-A la hora de izar una captura se puede observar una contundencia sorprendente, permitiéndonos levantar grandes pesos con total confianza.

-Sus 360cm nos ayudan a esquivar obstáculos y a evitar enganchar los señuelos en esos últimos metros donde las olas rompen con violencia.

Algunos de los señuelos utilizados para las pruebas


Como resultado de todo ello, puedo afirmar sin miedo a equivocarme, que la marca Cinnetic se ha superado a sí misma, consiguiendo una caña de excelentes prestaciones por el impresionante precio de 109€ (en tienda habitual).

Para finalizar y por poner alguna pega, hacer mención a la todavía mejorable calidad del Grip y a la aparatosidad de los más de 1,8m de longitud que presenta al ser desmontada. Pero como sabiamente dice mi queridísima y adorable abuela: "nunca vi la suegra borracha y el vino en la bota"….


Un saludo y buena pesca.








jueves, 20 de febrero de 2014

El gigante pescador

Esta es la leyenda de un ser mitológico muy especial conocido por algunos como "el gigante pescador". Hay quien afirma que su existencia no es más que una burda mentira o un cuento para atemorizar a niños traviesos, pero yo os aseguro que es muy real, ya que he sido testigo directo de algo que hasta ahora nunca antes había contado.

Todo empezó allá por el siglo pasado, cuando vivíamos en un reino de abundancia y prosperidad sin parangón, repleto de lujos y carente de cualquier tipo de adversidad. Era una tarde soleada de mayo. Yo me encontraba tumbado en la hamaca del jardín, a la sombra de un árbol sabio y repasando mentalmente todos las cosas buenas que me depararía el futuro. A lo lejos se oía el rumor del río, de mi río, ese que conocía como la palma de la mano y que tantas veces había frecuentado en busca de truchas, reos y salmones. No recuerdo en qué momento me quedé dormido, pero sí que un sueño perturbador me despertó súbitamente. Había tenido una pesadilla muy extraña, donde un gigante enorme gritaba y saltaba a orillas de un mar bravo cada vez que conseguía arrebatar de las profundidades un pez de dimensiones sobrenaturales. Pero tal vez todo había sido consecuencia de haber bebido un poco más de sidra de la cuenta en la comida. No le di mucha importancia.

Unos años más tarde, en la sobremesa de la taberna de los domingos, una invitación cayó sobre mí como un regalo en el regazo de un niño. Mi amigo Miguel, colega de travesuras desde la infancia, me había propuesto que lo acompañase a pescar, pero no al río como siempre antes habíamos hecho, sino al reino de las aguas infinitas, al gran azul. La intención era tentar al inmenso e impredecible Cantábrico.

Para terminar de convencerme, mi impetuoso compañero se pasó toda la tarde contándome historias y relatos valientes sobre escapadas que él mismo había realizado a este lugar desconocido para mí y de la abundancia de peces extraños que se había encontrado. Uno nombre en especial repetía incesantemente: sargos. Contaba hazañas fantásticas sobre estos peces y sobre las peleas que ofrecían al darse cuenta de que estaban siendo engañados por seres sin escamas provenientes del mundo de los secos. Todo me parecía fascinante y al final de la jornada no veía el momento de partir hacia nuevos heroicismos pesqueros con mi amigo.

Después de una espera nerviosa y de aprovisionarnos generosamente, por fin llegó el día en que debíamos partir hacia la llamada de la aventura. El camino que nos esperaba era largo, imprevisible y oscuro, pero la ilusión lo iluminaba como un faro en la inmensidad del mar. Juán, amigo de Miguel, también nos acompañaría en esta jornada.

Al llegar a la abrupta costa, un acantilado de rocas desnudas nos esperaba amenazante. Mis desacostumbradas piernas temblaban a cada paso dubitativo y mi sentido del equilibrio se esmeraba en esquivar posibles errores. Poco a poco fuimos descendiendo al encuentro de las olas y una vez llegados, los tres respiramos profundamente de alivio por estar sanos y salvos.

A estas alturas del viaje, el sol ya brillaba sobre nuestras cabezas penetrando con sus rayos en las aguas del océano y permitiéndonos ver en las profundidades unos reflejos intermitentes. Son sargos!!! gritó Miguel. Y al decir esto, me pareció ver como si su cuerpo hubiese crecido al menos una cuarta. Debo de estar confuso por el descenso, pensé sacudiendo la cabeza incrédulo.

Pero después de preparar todo y empezar a pescar, otro grito de Miguel sobrevoló el pedrero. Tengo uno!!! Y al mirarle, pude observar de nuevo como una vez más aumentaba de tamaño. Pero qué estaba pasando aquí?? Juan y yo intercambiábamos miradas de asombro y no dábamos crédito de lo que teníamos ante nosotros. Con cada vuelta de manivela del carrete, con cada sonrisa, con cada embestida del sargo, nuestro amigo crecía y crecía. Aquello tenía que ser consecuencia de algún hechizo maléfico.

Lo curioso de este relato, es que a Miguel no parecía sorprenderle y continuaba sacando pescado de las aguas con una habilidad hasta entonces nunca vista por mis asombrados ojos. No había duda, esa forma de disfrutar, esa maestría, esa concentración, esa sabiduría, ese temple, ese conocimiento, estaba haciendo que nuestro amigo se convirtiese en todo un gigante ante nuestras dilatadas pupilas.

Al final del día, el tamaño que había alcanzado era como poco descomunal, más alto que la cumbre de algunas montañas y la pescata conseguida tapaba las piedras de su alrededor. Con la llegada de los últimos rayos y al acercarse la hora de la retirada, no se cómo ni de qué manera, nuestro fascinante compañero volvió a su tamaño normal al recoger la caña. Mi boca no se cerraba, pero en cambio, una enorme sonrisa iluminaba su cara.

Prueba fotográfica de la existencia del
Gigante Pescador


Desde ese día soy sabedor de un poderoso secreto. Y es que entre nosotros habitan seres asombrosos llenos de magia y misterios, disfrazados de personas normales, pero con un poder más allá de todo sentido común, que cuando hacen eso para lo que han sido creados o que les aporta enorme felicidad, su verdadera naturaleza aflora mostrando su genuina imagen. Si sabemos mirar con los ojos adecuados, podremos apreciar que estamos rodeados de semidioses, magos, titanes, sabios, gigantes y demás seres maravillosos.

Aquí con Miguel...un amigo...un gigante...


Un saludo y buena pesca.














miércoles, 5 de febrero de 2014

La paciencia es la virtud de los que estamos obligados a esperar

Cual bestia fiera marca una distancia que nunca debemos rebasar y que por otro lado nos atrae y fascina. Caprichosa para los que viven de ella. Impredecible para los que no. Si queremos degustar sus frutos, debemos estar preparados para soportar sus espinas. Así lo decidieron los dioses. Toca esperar. Son tiempos de resignación.

Violencia estremecedora que se convierte en instantáneas hermosas. También en accidentes y destrozos materiales. A veces quita lo que antes quiso dar. A veces da porque después quitará. No es más hermosa cuando se torna tranquila. Ni menos cuando ruge sin piedad. Es la misma. Es su naturaleza. Es la mar.


domingo, 2 de febrero de 2014

Aprendiendo de Lolin.

Hola amig@s:

Viendo que el tiempo no nos da tregua y que irremediablemente debemos quedarnos en casa castigados sin poder deleitarnos con el olor del salitre, hoy voy a tirar de archivo y recordar una de esas jornadas que guardo con cariño en mi memoria. Ahí va:

El despertador sonó muy temprano, pero al pararlo, el recuerdo de que ese sonido estridente iba seguido de una jornada de pesca, iluminó mi cara con una generosa e ilusionada sonrisa. Subí la persiana impaciente y pude observar como las estrellas centelleaban en un cielo claro. Es asombroso lo rápido que puedo prepararme cuando voy camino de hacer algo que tanto me gusta e ilusiona.

Tras unos 40 minutos de trayecto en coche, por fin atiné a ver las farolas del pueblo donde tenia pensado aparcar para comenzar el largo descenso hasta una nueva puesta que había oteado en jornadas anteriores. Se trataba de una zona peculiar que precisa de unas condiciones muy concretas, pero que si estas se dan, el aspecto que muestra es inmejorable.

La previsión no había fallado esta vez y después de 30 minutos de bajada, contemplé la buena pinta que tenía la mar a mis pies. Otra gran sonrisa.

Vista de la puesta al marchar


Después de estudiar las tres posibles posturas, me decanto por la situada más a la izquierda, saco el macizo de sardina, echo unas paletadas y comienzo a preparar la caña pacientemente. Bajo de línea de unos 2 m con un 0,21mm y gamba en el anzuelo. Espero atento a que pase la serie y lanzo. Tremenda picada!!! Al otro lado de la línea un sargo de los que hacen retorcerse a la caña. La boya se enterraba en las profundidades y corría de un sitio para otro a velocidad de vértigo. Treinta largos segundos de pelea y por fin atino a ver el hermoso ejemplar, lo arrimo con tiento al cantil y empiezo a izarlo lentamente. La caña dobla y dobla y... ya tengo uno en el caldero!!!

Ato un nuevo anzuelo, inserto otra gamba, tiro una nueva paletada de engodo y lanzo. Otra picada!!! Esto promete...

Despues de haber gastado nueve gambas ya tenía sus correspondientes nueve peces en el cubo. Pero con la décima no encontré homólogo, ni con las dos siguientes y eso, en este día, parecía una decepción. Miré de reojo la puesta de la derecha y me hizo sacar la boya del agua. Recorrí unos 20 metros y probé suerte en ese nuevo escenario. Dos cucharadas de sardina y... sargo fuera!!!

Hoy todo parecía tan fácil que un número se repetía en mi cabeza, 25, cuando tenga 25 me voy me decía. Sabía por experiencia que no me cabían más de esos en el caldero y que el congelador de casa ya estaba a tope, así que me puse esa meta entre ceja y ceja. Lo impresionante de esta jornada es que en menos de dos horas y media ya los tenía y que aún faltaban dos horas más para la pleamar. Rara vez se encuentra uno con tal frenesí entre estos espáridos.

Gran jornada: 25 sargos en menos de dos horas y media


Después de recoger todos los enseres, el ascenso fue especialmente costoso por aquellos empinados riscos. Cuando por fin llegué al punto de partida, el aliento me faltaba cual si hubiese coronado un 8000. Buscando descanso, me tomé unos minutos contemplando aquellas vistas que se mostraban orgullosas ante mí y partí de nuevo hacia el pueblo. Al llegar me crucé con un paisanin muy entrañable que me saludó afablemente y con el que terminé charlando de pesca mientras picábamos un poco de chorizo casero que sacó orgulloso de su despensa. Me contó que cuando él era guaje, su padre le obligaba a ir con él a pescar sargos y que eran jornadas muy pesadas, porque llegaban, macizaban generosamente con restos de sardina, lanzaban con las cañas de bambú a punta vara y sacaban peces del agua hasta que llenaban por completo un saco de cuerda de 50 kg. Impresionante.

Tras más de una hora y media de conversaciones y anécdotas, me despedí con un buen apretón de manos y con la promesa de que la próxima vez que volviese le picaría en casa para charlar otro rato. Le dejé 9 ó 10 sargos en el fregadero y me fui de vuelta para casa.

Para finalizar, no puedo despedirme sin compartir con vosotros una frase que mi nuevo amigo Lolin me dijo mirándome con esos ojos más vivos y azules que el mismísimo Cantábrico: "si ahora hubiese tantos sargos como hace 50 años, dentro de 50 años estaríamos igual que ahora, así que igual es mejor que no haya tantos, para que dentro de 50 años, tus nietos puedan seguir pescando sargos". Va por ti amigo.

Un saludo y buena pesca.











martes, 28 de enero de 2014

La canción del pescador.

Lejanas estrellas entre negras nubes iluminadas por una luna llena,
frías respiraciones culminan en vahos excelsos,
caricias gélidas de brisas tenues derriten las desnudas mejillas,
pasos firmes marchan precisos a través de la oscuridad en el tiempo,
sonidos debiles gritan entre el murmullo del relajado silencio...
y por fin llega el olor de las olas trabajando la piedra con la paciencia de lo imperecedero.
Estoy otro día a orillas de mi mar...
cuanto lo echaba de menos.

Toca de nuevo cantar la canción de mi maestro,
esa que me ayudaría a ser mejor pescador
y que siempre tarareo cuando estoy contento:

"Me asomo impaciente en ese rincón que ya conozco, 
veo florecer los rayos rojizos de otro sol venidero, 
escruto atento cada detalle del inmenso océano, 
imagino todos los pedreros maquillados con esos aderezos 
y me encamino hacia una decisión fruto de otros intentos.

Mochila, chubasquero, carrete, comida, caña, agua y demás compañeros, 
cuidadosamente acomodados, 
serán testigos de mis errores o aciertos. 

Desciendo prudente entre cantos y agujeros.
Pensando como si fuese un pez en el mar,
selecciono una puesta sin viento
y después de macizar,
preparo cuidadoso mi primer intento.

Este es el procedimiento para pescar,
o por lo menos para intentarlo un tiempo,
ya que si no funciona debemos marchar
y comenzar la canción de nuevo"


Estas estrofas se repitieron durante toda la mañana,
puesta tras puesta y pedrero tras pedrero.
Las notas parecían querer perderse en la majestuosidad del mar,
sin atraer la magia de otras jornadas repletas de acierto.
Pero en este día no había espacio para lamentar
y cuando eso sucede,
al final triunfa el empeño.

Una de las puestas con demasiado golpe


Nueve sargos y una aguja,
todos ellos fueron para el caldero
y aunque no es un excepcional resultado,
tal vez sí fue el "merecedero".

Nueve sargos y una aguja


Para finalizar pido disculpas por mis desafines,
o por querer introducir improvisaciones en el cancionero,
pero es que me aburría en casa sin pescar
y quise buscar rimas para matar el tiempo.


Un saludo y buena pesca.














viernes, 24 de enero de 2014

Preparación de un macizo casero y muy efectivo para la pesca del sargo a boya

Hola amig@s:

A continuación intentaré explicar, de forma sencilla, los pasos a seguir para la elaboración de un macizo de primera calidad que nos aporte garantías de éxito en prácticamente cualquier escenario que nos encontremos.

Lo primero que debemos de tener en cuenta, es el objetivo del "macizado", que no es otro que atraer y mantener en la puesta elegida al mayor número de peces posible. Para ello tendremos que fabricar un producto consistente, que se adhiera a las rocas y que trabaje en profundidad, ya que si flotase, sería fácil que fuese arrastrado por la corriente alejando así con él a los peces de la zona.

Mi principal elección, por su versatilidad, su fácil preparación y su eficacia, es el macizo de sardina. Con esta materia prima de sencilla adquisición, podemos conseguir un engodo de primerísima calidad en nuestra propia casa y sin mucha parafernalia. Solamente precisaremos de un cubo con tapa para almacenarlo y transportarlo correctamente y una picadora como la de la imagen siguiente:

Picadora ELMA del número 22

Esta máquina la podemos encontrar en muchas ferreterías por un precio aproximado de cincuenta euros  y viene equipada con una placa de 19 agujeros de 12 mm, que en principio es ideal para la consistencia de nuestro preparado.

El modelo con el que yo trabajo es del número 22 y como podéis observar, es de manivela. En el mercado hay máquinas de tamaño superior y con motor eléctrico, que por supuesto son mucho más cómodas y rápidas, pero también mucho más caras y engorrosas a la hora de buscar un rincón para colocarlas.

La preparación de este macizo es muy sencilla, ya que solo consiste en coger sardina congelada, meterla en agua para que se descongele parcialmente y triturarla directamente con la picadora, la cual debemos fijar previamente a una mesa, encimera o tablón, bien con sargentas o con tornillos de palomillas y de manera que nos aporte estabilidad.

Las sardinas las picaremos de una en una y enteras, aprovechando cabeza, cola, espinas y demás partes de la misma. El resultado del proceso lo almacenaremos en un recipiente de cierre hermético de entre cinco y ocho kilos, dependiendo de las horas que vayamos a dedicar a la pesca.

Macizo casero de sardina y recipiente con gambas
para una jornada de unas cuatro horas

Si tenemos la suerte de poder comprar grandes cantidades de sardina, bien sea fresca o congelada, la mejor opción es conservarlas enteras en el congelador y descongelar sólo la cantidad que vayamos a utilizar en nuestra próxima salida. Pero debido a que muchas veces esto es difícil, ya que normalmente vienen en bloques grandes y compactos, otra posibilidad es picarla toda y congelarla en sus respectivos cubos, los cuales debemos poner a descongelar con tiempo suficiente antes de ser usados.

Cuando el precio de las sardina se dispara, o simplemente no somos capaces de conseguirla por nuestros proveedores habituales, podemos decantarnos por una opción rápida y que a mi me tiene dado buenos resultados. Se trata de recurrir a las tiendas habituales de pesca y adquirir dos cubos de macizo, uno de sardina o parrocha y otro de bonito. El primero no suele ser de muy buena calidad y el segundo tiene el inconveniente grave de que no es consistente, flota mucho más de lo debido y si lo tiramos desde altura lo lleva el aire y se dispersa, pero si mezclamos los dos al 50%, el resultado es más que aceptable por un precio aproximado total de quince euros para diez kilos de producto.

Medio caldero de bonito listo para ser
mezclado con sardina


Por último, mencionar que si alguna vez pescáis agujas y no son de vuestro agrado como reclamo culinario, podéis utilizarlas de engodo picándolas del mismo modo que si fuesen sardinas, pudiendo incluso mezclarlas con estas últimas y consiguiendo un macizo excelente y de primera calidad.


Un saludo y buena pesca.





miércoles, 15 de enero de 2014

Historia de un pescador tenaz

Hola amig@s:

Hoy voy a contaros la historia de un pescador tenaz y cabezota, que combatió las dificultades que el camino le iba poniendo a sus pies, con todos los medios de que disponía a su alcance y sin importarle el resultado final, ya que como los sabios le decían, "en el sendero habrás de encontrar lo preciado... y no así en el objetivo final".

Amanecía un día oscuro y frío de Enero, allá por el reino de las costas cantábricas, donde los dioses enfurecidos castigaban a los barcos pesqueros con olas gigantes y vientos atronadores. Todas las señales indicaban que sería otra jornada tranquila de reposo a la luz de la chimenea, arropado entre viejas historias de enormes pescatas e ilusos futuros de grandes capturas. Pero la aventura corría incesante por las venas y ese empuje es más fuerte que cualquier lógica aplastante. Así pues, y con la palabra precaución grabada en la frente, nuestro amigo pescador cogió sus bártulos y se encaminó decidido hacia la costa. Hoy de nuevo pasaría de ser contador de historias a personaje protagonista.

Al llegar al faro, observó la fuerza estremecedora de aquellas olas gigantes y se dio cuenta de que no estaba preparado para tal furia. Debía discurrir algo y usar el ingenio para engañarlas.



Repasó rápidamente todo el repertorio de escondites y lugares que conocía por la zona y pronto recordó uno que sin duda estaría al resguardo de aquella sobrecogedora violencia y donde intuía que en condiciones excepcionales como aquellas, los peces le estarían esperando hambrientos y voraces.

La bajada fue larga y dura, entre rocas mojadas y grietas resbaladizas, pero al final y con gran determinación consiguió llegar a su destino. La decepción fue mayúscula al observar que había podido engañar a las predecibles olas, pero no así a los escurridizos y racheados vientos que Eolo enviaba malhumorado hacia aquellas costas. El descenso había sido completamente en vano, ya que la pesca en esas condiciones era más que inviable.

Primera puesta elegida: pescable pero con
demasiado viento


Esta situación se repitió hasta en dos ocasiones más, provocando desánimo y pesadumbre. Entonces se sentó y contempló el paisaje que ante sus ojos se extendía. Observó aquella gran belleza disfrazada de adjetivos desapacibles e hizo memoria, llegando a encontrar entre sus recuerdos una antigua anécdota que un viejo pescador le había narrado hacía mucho tiempo y que describía un lugar ya abandonado a su suerte, pero que en condiciones similares a las que veía ante sí, tenía proporcionado grandes momentos de gloria a los pocos elegidos que lo conocían.

La senda estaba tan cubierta de espinas y matorrales, que a cada paso nuevos arañazos tatuaban su piel, pero la ilusión de poder superar las dificultades de aquella jornada, era mucho más fuerte que cualquier pinchazo. Tardó más de una hora en llegar a la orilla del mar, pero por fin, allí estaba, en uno de esos sitios mágicos que te hace sentir especial por ser el primero que lo pisas en lustros.

El resultado de una bajada llena de espinas


Abrió su mochila y comenzó a macizar la zona con sardina triturada, preparó lentamente caña y carrete, colocó la gamba en el anzuelo y lanzó el aparejo al agua. En menos de 30 segundos ya sintió la primera picada. Se trataba de un gran sargo que ocasionó una pelea cuanto menos dura y tensa, ya que el lugar estaba plagado de rocas donde podía esconderse e intentar tazar la línea, pero terminó sucumbiendo al esfuerzo y mostrando ese color negro en su cuerpo característico de aguas profundas que tanto gustan a los grandes ejemplares. Tras él vino otro...y otro... y otro...y otro más. Todos de gran porte y a razón de sargo por gamba. Pero de repente...nada...el silencio...ni otra picada...

Fué en ese preciso momento, cuando algo sobresaltó al afanado pescador. Algo lo observaba desde el agua. Estaba seguro pero... qué podía ser eso que aparecía y desaparecía de las profundidades? Acaso las leyendas que le habían contado de criaturas marinas eran ciertas??

Después de observar un rato, pudo identificar entre las olas unos ojos que le miraban fijamente. Se trataba de una juguetona nutria que parecía querer interactuar con él. Y entonces entendió ese parón en las picadas y que seguir pescando en ese lugar ya era tarea inútil.

Foto de la juguetona nutria que andaba rondando


Al final, la jornada terminó con 8 magníficos peces en el cubo. Pero pese a que la pescata no era digna de ser contada en sus "fabulescas" narraciones,  la sensación de victoria de nuestro protagonista se reflejaba en su sonrisa, ya que era sabedor de que se había superado a sí mismo y a todas las dificultades que había encontrado.

Resultado final: 8 trabajados sargos


Tal vez hoy no había escrito una historia épica en los diarios de pesca... tal vez hoy el caprichoso destino le había negado ese protagonismo... pero aún así... tal vez hoy... había recorrido una porción de ese sendero tan importante que le llevaría al objetivo final de ser mejor pescador.


Un saludo y buena pesca.






domingo, 12 de enero de 2014

Cómo escoger la mejor caña para la pesca del sargo a boya

Hola amig@s:

La caña es un elemento muy importante en cualquier modalidad de pesca en la que para nuestros fines haya que utilizar este utensilio. La tecnología cada día nos proporciona más avances, que en este caso, se traducen en virtudes de ensueño que ya hubiesen querido para sí los viejos pescadores que tuvieron que pelear con las antiguas varas de bambú.

Eso me hace recordar, inevitablemente, el primer día que un ribereño de agua dulce como yo, llegaba a un pedrero del Cantábrico con una caña de 7m, que hasta entonces había utilizado para pescar truchas y reos y con la osada determinación en la cabeza de poner en seco a unos cuantos de esos "sargucos" de los que tantas historias contaban. Menuda impresión me llevé con la primera picada!!! Nunca hubiera dicho que aquella caña podía doblar tanto.

Lo sorprendente fue que ese primer pez terminó en el cubo y que después de tomar la decisión de quitar el puntero para intentar ofrecer más resistencia a las embestidas de aquellos "demonios sargones", seguí pescando hasta que me acostumbré a las características y respuestas de la herramienta que en esos momentos tenía en las manos. Al final resultó una experiencia tremendamente enriquecedora, es más,  puedo decir que después de llevar toda la vida pescando, fué ese día y con esa caña... cuando aprendí lo que era pescar de verdad... Ni que decir tiene que clavar y trabajar el pez sin puntero eran tareas harto complicadas y que cuando tenía que izarlo, más temía por la caña que por el hilo. Aún así en esas circunstancias y después de unos cuantos juramentos e improperios lógicos y saludables, conseguí no desquiciarme y que los resultados comenzasen poco a poco a llegar.

Pero esta historia no termina ahí, sino al día siguiente y de la forma más lógica posible, es decir, yendo el que les narra corriendo raudo y veloz a la tienda de pesca para comprar una herramienta que le facilitase un poco la pelea que aquellos correosos peces le ofrecían. Y es que ese es el objetivo que debemos buscar en cualquier caña, ya que su misión no es otra que la de facilitarnos el trabajo lo más posible a los pescadores.

¿Qué características debo buscar en una caña para
la pesca del sago a boya?

Teniendo muy en cuenta las dificultades de esta historia y la posterior experiencia pescando con cañas especializadas, a continuación intentaré explicar brevemente las características que debe tener una buena vara para la pesca del sargo a boya:

1.- Debe ser una caña larga, principalmente para sortear los obstáculos con los que nos encontremos, tales como rocas y riscos y también para conseguir no ser nosotros los que nos tengamos que aproximar en exceso a las rompientes y cantiles.

2.- Debe ser una caña de memoria rápida, que recupere ágilmente y con velocidad su forma original después de ser doblada. También debemos de comprobar que al sujetar la caña horizontalmente ésta permanezca paralela al suelo sin que se arquee ninguno de sus tramos.

3.- Debe ser una caña con acción de punta, es decir, que solamente trabaje o doble el 30%-40% de la vara, mientras que el resto debe permanecer rígida. Esto nos permitirá clavar los peces mejor e izarlos desde una distancia prudencial.

4.- Debe ser un a caña fabricada con material ligero y resistente, siendo el carbono la mejor elección por la que nos podemos decantar.

5.- Debe ser una caña con un portacarretes fiable y resistente, ya que en muchas ocasiones izaremos las capturas a gran altura y el carrete ejercerá mucha tensión sobre esta pieza.

6.- También añadiría, aunque esto es más una elección personal, que las anillas de puente bajo son mejores para este tipo de pesca que las de puente alto.

Una herramienta con todas estas características, sin duda será capaz de facilitarnos mucho la dura pelea que ejerceremos y que tan apreciados hacen a estos poderosos espáridos.


Saludos y buena pesca.


Por cierto, esa antigua caña de trucha y reo todavía la conservo sin el puntero y de vez en cuando la sigo utilizando por los pedreros, principalmente cuando la nostalgia de aquellos comienzos me aprieta o cuando alguien no tiene equipo y sí la mala idea de venir a aprender a pescar sargos conmigo jejejej (la podéis ver en la foto que tengo en la primera entrada de este blog http://pescandoconurbano.blogspot.com.es/2014/01/presentacion.html)

martes, 7 de enero de 2014

Vídeo-preparación de 3 tipos distintos de bajo de linea para la pesca del sargo a boya


Hola amig@s:

A continuación os presento un video donde pretendo mostrar, de manera sencilla, el montaje de tres formas distintas de bajo de línea para la pesca del sargo. El conocimiento de estos tres métodos nos permitirá adaptarnos mejor a condiciones desfavorables, como es el caso de mares fuertes y corrientes abundantes.






Errores del video:

- Con viento fuerte es mejor tener montada una línea fina, no gruesa, como por error indiqué, ya que estas últimas hacen más resistencia al aire y perjudican nuestro control sobre la boya.


Saludos y buena pesca.

domingo, 5 de enero de 2014

"Desaparece un pescador en Corrubedo"

Hola amig@s:

Hoy amanecimos con esta mala noticia: "pescador desaparecido en Corrubedo".

Desde aquí me gustaría enviar palabras de aliento a la familia de este compañero de afición y transmitir mi sentimiento de pena y angustia por esta terrible mala nueva.

Es algo que desgraciadamente forma parte de nuestro día a día y con lo que nunca me acostumbraré a convivir.

Cuidaros mucho compañer@s.
Un saludo y buena pesca.



viernes, 3 de enero de 2014

Pescar sargos con olas de 4-5m

Hola amig@s:

Cuando las condiciones del mar son difíciles, como en estos días que nos encontramos, salir a pescar sargos casi más parece una locura que una certeza. Pero aún así, hay zonas escondidas que nos pueden dar una oportunidad.

Debemos olvidarnos de pesqueros expuestos o a nivel del agua, ya que un golpe de nuestro querido Cantábrico podría ser fatal y la seguridad debe ser, ante todo, lo principal y más importante, teniendo en cuenta además, que el impacto directo de olas de 4-5m difícilmente nos proporcionará un escenario de pesca correcto para estos espáridos. Por lo tanto ya tenemos un camino claro a seguir: buscar zonas resguardadas que nos permitan pescar desde la tranquilidad de las alturas.


Puesta perfecta situada en altura lejos de los
envites del mar

Las opciones que barajaremos seguramente no sean muchas y es aquí donde debemos tirar de experiencia adquirida, o en su defecto de una combinación entre Agencia Estatal de Meteorología - AEMET. Gobierno de España o de cualquier otra página que nos indique la dirección de las olas y Google Maps. El resultado de esta búsqueda nunca va a ser tan eficaz como el saber de los años, pero sí que nos puede ayudar a no quedarnos en casa.


Explicación gráfica:


En Aemet comprobaremos la dirección del viento y de las
olas generadas por el mar de fondo


En Google Maps buscaremos posibles puestas resguardadas


A priori parece complicado encontrar pesqueros protegidos del aire y de la agresividad del mar que nos permitan estar seguros y con posibilidades potenciales de pesca, la verdad es que a mí solo se me ocurrían un par de ellos, pero aún así, sin pensarlo mucho, me lancé de cabeza a tentar la suerte...


Resultado final de una jornada de pesca con olas de 4-5m

Tras observar el panorama desde el lugar de costumbre, llegué a la puesta seleccionada cuando la marea llevaba dos horas y media subiendo, momento perfecto, ya que se trataba de una zona inundada y justo entonces el agua ya pasaba de forma óptima por encima de las rocas. Macicé prácticamente en seco y en una zona protegida de la furia del mar y lancé la gamba al agua con cierto recelo. Fueron varios los cambios que me vi forzado a realizar en el bajo de línea para poder contrarrestar las fuertes corrientes, pero al final el resultado se puede calificar de positivo, principalmente por el porte de las capturas y por la gran experiencia adquirida tras pelear con estos luchadores infatigables en medio de las contundentes olas.

Saludos y buena pesca.